Mayerlis Angarita refleja en su rostro y en su forma de hablar esa
alegría contagiosa que es típica de los habitantes de las sabanas
aledañas del Mar Caribe en Colombia, pero su voz no deja de quebrarse
cuando recuerda los difíciles momentos por los que ha tenido que
atravesar su comunidad, su familia y ella misma.
“Es una lucha que nos permite crecer como mujeres y como sociedad en lo local, porque es ahí donde se construye territorio, donde se construyen las bases de la sociedad”, declara Mayerlis, una sobreviviente del conflicto armado en el norte de Colombia, conflicto que comenzó a finales de la década de los 40 entre grupos guerrilleros y partidos políticos tradicionales, pero que se agudizó por el auge del narcotráfico y el surgimiento de grupos paramilitares a finales del siglo XX.
Aun siendo niña Mayerlis tuvo que padecer la desaparición de su
madre, una líder campesina del Departamento de Córdoba. Esta situación
obligó a su padre a huir en medio de las amenazas y los hostigamientos
para buscarle un futuro más tranquilo, aunque incierto, a sus hijos.
Hoy en día el poder de la palabra, de la narración oral y la
recuperación de la memoria colectiva como mecanismo de sanación de las
huellas dejadas por el conflicto armado, ha sido la principal
herramienta que esta lideresa de la Fundación Narrar para vivir ha
encontrado para superar sus heridas.
Con un liderazgo innato atizado por las cicatrices de la guerra en su
vida, como adolescente Mayerlis comenzó a formar parte de procesos
comunitarios y regionales por la reivindicación de los derechos humanos y
entendió la importancia de narrar la memoria, por dolorosa que esta
fuera, para seguir viviendo.
Fue así como en colectivo con otras mujeres líderes de su región se
dieron a la tarea de sembrar un terreno con maíz, un campo cultivado que
se convirtió en espacio para el diálogo permanente para contar sus
historias de vida, las dificultades por las que habían tenido que
atravesar como mujeres sobrevivientes del conflicto armado, como
desplazadas en muchos casos, como madres cabeza de hogar, como huérfanas
o como viudas.
Dialogar y compartir se convirtió en una experiencia sanadora en la que las palabras y consejos de unas se transformaron en la mejor herramienta de reconstrucción de un proyecto de vida para las otras; en la que los conocimientos en derechos humanos, en liderazgo o en empoderamiento fueron el camino para recuperar su fe en sí mismas y en el ejercicio del desarrollo comunitario.
Fue de estas jornadas que nació en 2004 la Fundación Narrar para
Vivir, una organización que recupera la memoria histórica de las mujeres
sobrevivientes del conflicto. En 2007 Narrar para Vivir comenzó un
trabajo articulado con PNUD y ONU Mujeres (en ese entonces UNIFEM), a
través de la participación de varias de sus integrantes, entre ellas
Mayerlis, en un Diplomado de Fortalecimiento y Empoderamiento de la
Mujer.
“Antes de conocer a ONU Mujeres, venía con un
proceso de liderazgo, pero yo pienso que las mujeres aunque siempre
tenemos esa chispa de empoderamiento, si no tenemos acompañamiento, no
podemos lograr las metas que nos trazamos”, afirma Mayerlis.
“En ese sentido, yo puedo decir que ha sido clave para mí y para la
organización el trabajo con ONU Mujeres, porque de ser una líder
simplemente, ahora pasé a ser una líder empoderada, segura de mis
derechos, de la forma en que puedo exigirlos por mí, por mi comunidad y
por otras mujeres”.
ONU Mujeres, a través del programa Verdad, Justicia y Reparación para
las Mujeres Víctimas del Conflicto Armado en Colombia lleva a cabo un
proyecto que, además del apoyo para el fortalecimiento organizativo, ha
propiciado espacios para que estas mujeres le cuenten al país sus
realidades, sus iniciativas e ideas, muchas de las cuales quedaron
incluidas en la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras que aprobó el
Congreso Colombiano en 2011 y cuya ejecución comenzó en enero de este
año.
Actualmente Narrar para vivir agrupa a 840 mujeres víctimas
sobrevivientes, de la zona de Montes de María y Mayerlis lidera, con el
apoyo de ONU Mujeres y de otras agencias del Sistema de Naciones Unidas
en Colombia, el proceso por la restitución de las tierras a las mujeres
que fueron despojadas durante el conflicto armado.
Pese al temor y las constantes amenazas contra su vida, incluso un
atentado reciente del que salió ilesa, Mayerlis tiene clara su misión:
“llegar a la mujer que está en la última vereda y decirle; usted debe
hacer esto porque ésta es la ruta para que usted acceda mínimamente a la
justicia, a la tierra”.
(Tomado de la Página Onu Mujeres el 14 de Marzo del 2013)
(Tomado de la Página Onu Mujeres el 14 de Marzo del 2013)
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